Prefacio de mi novela "El Testamento de Drácula"

Prefacio


Bautismo de Sangre



12305 Fifth Helen Drive Avenue,
Barriada de Brentwood,
Los Ángeles (California)
5-8-1.962 de la Era Vulgar,
00:16:06 A.M.



El cuerpo estaba desnudo y frío. Aun ahora, en el umbral mismo de la muerte eterna, todavía era capaz de producir un potente imán de seducción a su alrededor... De hecho, no había rastros de vómito en torno a sus labios suaves y sensuales, ni sus exuberantes líneas se retorcían con los quiebros de la agonía...

Más tarde, miles de curiosos, analistas, críticos, fans e investigadores del morbo o del misterio se lanzarían sobre la memoria de su cadáver cual abanderados de una especie de obscena orgía necrófaga de masas. Muchos de ellos comentarían entonces que una postura tan armoniosa, casi bella, era incompatible con la ingestión estomacal e intestinal de un frasco entero de nembutal sódico; Pero no si el ingreso del barbitúrico hubiese ocurrido por vía anal, por ejemplo. Mas habrían de transcurrir cuarenta años para que alguien se atreviese a publicar la auténtica versión de un crimen disfrazado de suicidio o accidente, y ni tan siquiera entonces sería creído por todos, ni la Ley osaría hacer saltar por completo los herrumbrosos y corruptos grilletes de la Mentira maridada con el Dinero y el Poder... y con Aquéllo aún más grande, sutil e inhumano que se esconde tras él en una vasta y universal Mascarada... Pues lo que en verdad acabó con la radiante vitalidad de la seductora actriz no fueron pastillas para dormir tragadas con la ayuda de vasos de agua, mediante una suerte de automatismo mortal de consciente, semiconsciente o inconsciente autodestrucción... Mejor puede describirse como un torpedo de glicerina relleno por la letal carga química obtenida combinando barbitúricos e hidrato de cloral. Un torpedo asesino con la forma y tamaño de un engañosamente inofensivo supositorio, introducido en su recto por la fuerza. Un torpedo que fue como una metáfora cruel y definitiva de una interminable y subliminal violación psíquica y emocional... Un torpedo protegido por un turbio secreto, blindado a su vez por el temor, el soborno, la violencia y la Razón de Estado.


En estos momentos, el dormitorio se encontraba vacío de cualquier otra presencia..., ocupado tan sólo en exclusiva por la apagada agonía del ídolo caído...

Escasas horas antes, había estado allí el cargo electo más importante de la nación después del propio Presidente, acompañado por el médico psiquiatra de la diva, tan amistoso y "comprensivo" con su más famosa clienta como discreta e inquebrantablemente fiel al poderosísimo clan familiar de sus ex-amantes adulterinos de las más altas esferas...

Aquellos dos hombres no la mataron, no al menos de modo directo y personal: Hubo duras palabras entre el encumbrado galán y la hermosísima dama, pero las heridas no sobrepasaron el nivel del espíritu y los sentimientos del alma. La estrella sufrió un ataque de nervios y el falso y traicionero galeno, "amigo íntimo y confidente", le inyectó una dosis suave de tranquilizantes "por su propio bien", claro... Aunque, en rigor, con el mucho menos noble propósito de evitar que la mujer llamase al otro hermano a la Casa Blanca nada más ellos marcharse. O - lo que era mucho peor - a otras personas indeterminadas entre su larga lista de amigos, amigas, admiradores, ex-ligues, ex-maridos o - lo que ya resultaría ya el horror absoluto - a algún que otro reportero o "chismoso/a" oficial u oficioso de entre los "chicos/as de la Prensa", arriesgándose a desencadenar un terrible Escándalo Desastroso de hipocresía bienpensante...

Pero, dos horas más tarde, llegaron los auténticos enviados de la Muerte. Su trabajo fue aséptico, helado, maquinal. No hubo sadismo, sino eficacia profesional, desalmada... Los "soldati" del "capo" cumplieron sus órdenes y se fueron a rendir cuentas al "Hombre de Chicago". Éste, a su vez, no se demoró en comunicar a ciertos círculos ultra-reservados e "invisibles", camuflados en el más tenebroso corazón de los servicios de Inteligencia, el resultado exitoso del "trabajo sucio" para el que había sido contratado a cambio de "regalos", privilegios, complicidades y permisividades inconfensables... Y, de inmediato, aquéllos, sin perder ni un segundo, pasaron el informe a los ocultos e "innombrables" estamentos de la Élite Oscura que administra el auténtico Poder en esta Tierra..., cuyos más selectos e "iluminados" jefes, por su parte...

Pero no nos adelantemos, mis Queridos, Amables y Pacientes Lectores/as, dejemos eso para el final de esta larga y sinuosa crónica...

Y ahora, cuando ya casi se agotaba el plazo del Destino, el tercer visitante, el inesperado, el anómalo, el que jamás sería citado en los reportes secretos de la "Organización", ni ocuparía párrafo alguno en los expedientes reservados del FBI o de la CIA, el extraño, el impensable, quien nunca aparecería como sospechoso en los cotilleos de la prensa amarilla, el último en amar, el explotador final, el mensajero de las Tinieblas, abrió la puerta y se acercó a grandes y flotantes zancadas hacia la cama blanca de agitado cobertor...

Era un varón de mediana estatura, pero lleno de arrogancia y envuelto en una enigmática y fúnebre aura de Potencia y Saber Secreto... Cubría su cuerpo enjuto y esbelto mediante una gabardina ligera de corte vagamente militaroide, a pesar de la calurosa y húmeda noche en pleno verano californiano... Sus movimientos mostraban una ligereza sobrehumana, que lindaba con lo alucinante, y su piel era tan pálida como el alabastro.

Sabía que disponía de pocos minutos... Un mísero puñado de granitos de entre todos los inmensos Arenales Dorados del Tiempo, el único y real Gran Enemigo, cuya inexorable Sentencia él parecía - sin embargo - desafiar... Un mísero puñado de granitos de Oro Intangible del que dependía un nuevo Amanecer de lujuria y voracidad, pero también el Futuro de muchos Mundos..., aun cuando ni él mismo ni nadie más en este planeta pudiera por el momento ni tan siquiera imaginarlo en sus más fantásticos o dislocados sueños... Unos pocos y preciosísimos cristalitos robados al Gran Reloj de Arena Cósmico, a través de los cuales, podía comprar tal vez siglos de nuevos placeres a la vez dulces y empapados de perverso sortilegio...

Sí... La había elegido... Ella sería su última Reina Oscura, su Hija, Esposa y Discípula de Sangre..., su tálamo, su solaz, su alivio, su compañera... Y, después, su Heredera y Albacea de su Testamento, puntal de una Nueva Era sobre todo el Orbe...

Y, por alguna razón que ni su propia mente comprendía, un profundo instinto le decía que esta vez había encontrado algo más que un mero sucedáneo del Gran Amor humano, remoto y perdido, que inflamó su corazón en sus lejanas décadas cálidas...

El recién llegado se desabrochó la gabardina. Quedó a la vista un elegante traje de alpaca gris- marengo a apretadas rayitas diplomáticas, inmaculada camisa azul-noche y sedosa corbata escarlata, sujeta al orgulloso pecho por medio de un pasador de oro purísimo. En el centro de la joya destellaba un peculiar símbolo engastado en rubí - en concreto un pequeño Dragón Alado con relucientes ojuelos esmeraldinos - . La pulcra chaqueta crujió mientras el extraño caballero se inclinaba al borde del lecho.

Lo impecable y convencional de su vestuario no disimuló la espantosa avidez que se apoderó de cada célula de su ser...

El vuelo de la gabardina aleteó, confiriéndole un aspecto tétrico, espectral... Los rojos y vulpinos labios se distendieron, y el Ansia se apoderó de su organismo, inyectando sus ojos en sangre. La boca buscó el cuello suave, sedoso, incitante, casi inerte... Lo rozó, besándolo... Luego, clavó en él un par de agudos colmillos hiper-desarrollados, relucientes, retráctiles, espectacular expresión física de la abismal mutación compleja que habitaba a la par en sus genes y en lo más profundo de su alma atormentada... Un alma titánica, genial y terrible, entregada a la Matriz Oscura por venganza de amor herido...

La deliciosa rubia exhaló un débil gemido, y su voluptuoso cuerpo moribundo se estremeció.

Drácula sorbió el precioso líquido vital de la arteria carótida, de manera lenta, exquisita, sensual...

Cuando la vació casi por completo, se precipitó en rajar la suave pero tenaz epidermis de su propia muñeca izquierda, cortándose una de sus venas con la afiladísima uña de su índice diestro sin el más mero atisbo en su entrelargo y adusto rostro de un mínimo dolor...

La incorporó con ternura, casi como una madre a su bebé lactante recién nacido, y pegó la herida y su mágica fuente a su linda boca, tras obligarla a abrirse antes con un exquisito y dulce toque de sus fuertes y velludos dedos. La forzó así a beber de sí mismo con una sabia y arcana mezcla entre delicados impulsos musculares y silenciosas órdenes psíquicas impalpables...

Afuera, en la sala de estar, la señora Murray, el ama de llaves, empujada por la coacción y comprada con un generoso amasijo de flamantes dólares recién acuñados para "olvidar" tanta infamia aquella noche, ignoraba lo que ocurría ahora. Privada de consciencia alguna, dominada por el potente e irresistible mandato hipnótico del aristócrata de origen transilvano, permanecía inmóvil y ausente, con la mirada fija y perdida en la Nada...

Un nuevo Ciclo acababa de comenzar...

3 comentarios:

  1. Esta muy bien, me ha venido a la cabeza Marilyn Monroe

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  2. Ok.

    Has acertado.

    Flecha certera, "Pluma de Fuego".

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  3. Me ha gustado mucho y como a pluma de fuego me vino a la mente Marilyn con su muerte tragica y misteriosa...te felicito Bathory y sigo leyendo...besitosss

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