Tercer Fragmento Capítulo I del "Testamento de Drácula"

Pablo Estrada giró la cabeza, deteniéndose un instante a contemplar el majestuoso holograma. Las vigorosas y lozanas neonatas detuvieron los enérgicos taconeos de sus botas altas de cuero, alineándose en torno a él frente al avasallador icono y saludando con un restallante y ensordecedor taconazo simultáneo que hizo repicar las puntas de aceradas agujas contra el liso suelo de mármol rojo y provocó una molesta vibración en los dientes y la mandíbula de su protegido. El cálido inclinó la cabeza con severo respeto. Las Amazonas le imitaron, doblando los torsos en profundidad.

A continuación, ignorando con displicencia el satinado y brillante mostrador de Recepción y Acreditación donde una legión de hermosos jovencitos de ambos sexos y especies se encargaban de suministrar acreditaciones de prensa e invitaciones de diverso rango grado y alcance, tecleando con diligencia los teclados holovirtuales de sus tridiordenadores, caminaron a paso ligero hacia los rutilantes ascensores cónicos y trasparentes que tachonaban los gruesos muros estucados en color verde oscuro de la planta baja de la fachada frontal del reformado y remozado caserón neogótico de legendaria y siniestra fama, convertido en Sede del Gobierno Confederal en la Nueva Era surgida, radiante y próspera, cual Neo-Renacimiento tras aquella memorable ceremonia de Doble Rúbrica celebrada no muy lejos de allí, en el Nuevo Edificio de Naciones Unidas, 90 años atrás.

Las cinco neonatas y el cálido penetraron en la amplia cabina reservada y ésta se puso en movimiento de manera tan silenciosa como veloz.

Los murmullos, voces, interjecciones, tumultuosas protestas y advertencias de indignados periodistas y reporteros, impacientes funcionarios, politiquillos de segunda fila y fastidiados y resignados aunque no por ello menos inflexibles policías confederales y miembros de los cuerpos gubernamentales de seguridad quedaron atrás, mientras el elevador ascendía, raudo, hacia la última planta del edificio… La Planta Presidencial, donde las dos mujeres más poderosas del Mundo se suponía aguardaban la llegada de sus escasos y seleccionadísimos convocados a la confidencial y reservadísima reunión de altos jerarcas y cerebros del Régimen conocida como Gabinete de Crisis… Una reunión tan decisiva, grave, urgente y delicada que no era accesible para la mayoría de los Ministros y Secretarios de Estado del Gobierno, pero a la que sí habían sido llamadas eminentes personalidades afines a él quienes, como Estrada, no ostentaban cargo oficial alguno. El criterio de selección no tenía relación directa con la Jerarquía dentro de la Hermandad, la Orden del Dragón o las complejas relaciones de dominio y subordinación entre estirpes y clanes vampíricos, ni con sus equivalentes dentro del entramado social cálido. Tampoco discriminaba en función de nacionalidad, antigüedad, sexo, raza o especie. Tan sólo el poder fáctico y el talento específico en relación al crucial asunto a tratar - ambos con mayúsculas - otorgaban o no el derecho a participar en ella. A excepción, claro está, de las dos grandes Herederas y Albaceas del Testamento o Legado del Padre Fundador, la Presidenta Mundial Vitalicia y su Primera Ministra, cabezas visibles del Nuevo Orden y convocantes de la reducida pero jugosísima Asamblea.

No obstante, la composición de la ovalada mesa de reuniones no podía menos que reflejar en parte, aunque de forma un tanto distorsionada, las tendencias sociales, ideológicas y culturales predominantes en las últimas tres o cuatro décadas de evolución del Régimen del Legado…

En primer lugar, podía apreciarse una relativa mayoría de mujeres y, dentro de éstas, de vampiras neonatas o bien Antiguas de elevado rango, todas ellas íntimas colaboradoras y amigas de la Primera Ministra, auténtica detentadora del Poder Ejecutivo. En complementario contrapunto, sobre los preciosos y níveos hombros de la Presidenta y Sacra Viuda recaía el Poder Representativo, Simbólico, Icónico y Religioso, este último tan sólo aplicable y no de forma absoluta tampoco en el reducido pero influyente submundo de la comunidad vampírica mundial.

Esto se debía a dos factores importantísimos, uno de ellos caprichoso, coyuntural, individual, el otro estructural y profundo, ambos convergentes en la misma dirección durante el complicado y duro proceso de pacificación y fundación de la Nueva Era: Por un lado, su Padre Fundador, Avatar indiscutible y Máximo Líder Revolucionario, el príncipe Vlad “Tepes” Draculea de Valaquia, se había caracterizado durante su prologada existencia como poderosísimo Maestro Oscuro por una irrefrenable promiscuidad heterosexual. Por lo cual, como lógica consecuencia del evidente factor sexual y amoroso intrínseco en el proceso de la Conversión, la inmensa mayoría de sus Hijos y Discípulos Oscuros directos eran hembras. Tan sólo había bautizado con su sangre tras beber de la suya a una escasa veintena de varones cálidos, y siempre forzado por inevitables circunstancias de supervivencia, interés o conveniencia estratégica en su larga y astuta campaña, programada para infiltrarse y controlar el poder dentro de la Civilización Cálida, emprendido de modo consciente y meticuloso desde que, a finales del siglo XIX, decidió abandonar poco a poco su ancestral guarida en los Cárpatos de Transilvania y trasladar su actividad a los núcleos más brillantes del poder político, cultural, económico y tecnológico del Universo Diurno de los hombres de sangre caliente… Además, casi nunca les había prestado demasiada atención una vez utilizados para sus fines inmediatos. Por el contrario, había consagrado y adiestrado con celo apasionado y constante a innumerables cientos y cientos de damas - de hecho, rozaban las 600 - todas ellas de notable belleza, sensibilidad, inteligencia o diferentes combinaciones de todas esas cualidades entre sí, por lo cual, sus hechizadas y devotas pupilas Maduras o Antiguas habían conseguido los más altos niveles de facultades físicas, mentales y paranormales asociadas a su transformación, heredando bastantes de ellas buena parte de sus extraordinarias habilidades y poderes. Obviamente, a nadie podía sorprender que, en la actualidad, el 70% de la Aristocracia Antigua de la Hermandad - un nosferatu se considera “Antiguo” si supera los doscientos años de existencia tras su Conversión - estuviese compuesta por Hijas Oscuras de Drácula o descendientes directos de ellas…

Pero, además, existe otra variable clave para explicar el mantenimiento de tal desproporción estadística: Pues, aun suponiendo que dichas Discípulas Predilectas o aventajadas eligiesen por igual a sus preferidos entre hombres y mujeres - fenómeno aproximadamente cierto, en promedio, pues los vampiros, excepto casos particulares como el propio Vlad Draculea, irónicamente - suelen adoptar un comportamiento bisexual después de su Conversión, incluso si tal inclinación no existiera en su personalidad original, debido a la exigente e irresistible pulsión erotizadora y nutricia al mismo tiempo - la célebre “Ansia Roja” que los domina, especialmente en sus primeras décadas como neonatos - hay algo que, a la larga, frena y limita el desarrollo y predominio de los varones a favor de las féminas en la propia naturaleza de la mutación poligénica recombinante que metamorfosea a un cálido en un vampiro; Expresado en pocas palabras, más del 60% de los no-muertos de sexo masculino no superan la primera década de vida en la fase neonata, tan sólo el 25% consigue culminar la Madurez y pasar a la Antigüedad - esto es, entre los 150 y 200 años de supervivencia - y únicamente el 1,5% logra rebasar ésta para acceder al estado de Matusalén - el equivalente sin límite definido a la ancianidad cálida, es decir, el Milenio de pervivencia -. De hecho, casi todos ellos - más de un 90% aproximadamente - perecen en el intervalo comprendido entre los 4 siglos y medio y los 5 siglos de edad. Los correspondientes datos para sus congéneres del bello sexo no pueden ser más abrumadores: El 70% de las neonatas dominan la crisis de “adolescencia vampírica” de la Conversión, pasando a transformarse en Maduras, el 48% alcanza el nivel de Antiguas y alrededor del 15% llega a ingresar en el minoritario y selectísimo “club” de las Matusalenes.

Y la razón, aunque no estuviese explicada por el momento en términos científicos, pese al increíble progreso en el análisis, conocimiento y primeros proyectos de manipulación de la nanogenética molecular vampírica, de los cuáles los trabajos llevados a cabo bajo la dirección del profesor Pablo Estrada constituían la última y más prometedora vanguardia, puede resumirse en cuatro sencillas palabras: Agresividad y Demencia Roja…

Los vampiros de ambos sexos, de forma casi general - excepto las anomalías que siempre pueden observarse en la distribución de cualquier conjunto de caracteres biológicos - justo tras ser convertidos, experimentan un intenso e irrefrenable incremento en los niveles de agresividad. Esto se debe a que uno de los principales efectos de la actividad inicial recombinante del retrovirus globular complejo endosimbiótico V-5 que transmite la Mutación Vampírica a través de las lipoproteínas de la sangre invasora en el organismo cálido es un fuerte disparo en la producción de testosterona. Evolutivamente, este curioso mecanismo puede explicarse porque la inducción de una especie de “frenesí cazador y territorial” resulta imprescindible para asegurar las elevadas dosis de sangre y plasma fresco que necesita un neonato en sus primeros meses o años de existencia como nosferatu, para ir acelerando la gradual “Conversión”, esto es, la Recombinación Genómica Retrotranscriptora Integral que el V-5 ha de operar en casi todos los tejidos del organismo infectado. Pero, aunque las hembras también sufren esta etapa de “depredadoras salvajes” al inicio de su No-Muerte, no llega a ser tan extrema, pues la acción biogenética del virus también exacerba el impulso sexual del modo más libidinoso y promiscuo posible, por iguales razones a las antes indicadas, ya que el acto de “caza hematofágica” vampírica es a la vez erótico y nutricio. Evidentemente, en los machos, tal dualidad esencial en la fisiología y la psicología de los nosferatus no hace más que multiplicar hasta el delirio los efectos sobre la conducta de la testosterona, pero en las mujeres excita a la vez la liberación endocrina masiva de hormonas sexuales femeninas que compensan en parte la acción de la testosterona sobre los centros superiores de la corteza cerebral… Dicho en términos sencillos para el profano, las convierte en “guerreras y cazadoras, en los dos sentidos de ambas palabras”, pero no en “asesinas en serie descerebradas”, aunque, naturalmente, en ambos sexos existe una amplia variabilidad de reacciones - según el temperamento inicial del afectado cuando todavía era cálido - aunque no demasiado extrema al principio de la Conversión. En consecuencia, los neonatos machos corren mucho más riesgos, controlan mucho peor sus nacientes poderes y suelen mostrar un comportamiento insensato de avidez infinita e irreflexiva. Puede imaginarse que, en los tiempos clandestinos y ocultos, cuando los nosferatus no eran más que una minoría mítica, desconocida para la inmensa mayoría de las multitudes cálidas y aborrecidos cual alimañas nefandas y malditas por una minoría fanatizada e inquisidora empeñada en aniquilarlos, tales actitudes no favorecieron demasiado el índice de supervivencia de los varones neonatos… Teniendo en cuenta que durante más del 99% de la Historia de ambas Comunidades ésta había sido, con escasas variantes, la situación común entre ellas, un razonamiento darviniano elemental conduce a la conclusión de que la selección natural debe haber favorecido a las mujeres vampiro a lo largo de los milenios…

Y, por si fuera poco, existe otra desventaja biogenéticamente determinada para sus congéneres del sexo contrario: Pues aun cuando un no-muerto masculino de perfil “superior” mantenga las suficientes dotes de autocontrol de sus instintos y capacidades como para superar la primera barrera, accediendo a una equilibrada Madurez y cauta Antigüedad, acumulando potencias, astucia, saberes, poder y riqueza, tampoco tiene asegurado el premio final de una auténtica longevidad vampírica... Pues, al aproximarse al entorno de los cinco siglos de existencia, se ve amenazado por la temible y misteriosa sombra de la Demencia Roja. Dicha enfermedad constituye todavía un enigma, pese a los tremendos avances científicos en la comprensión del fenómeno vampírico. Al parecer, con el tiempo, los mecanismos correctores de la oxidación y apoptosis celular y la modulación de la acción de las enzimas b-telomerasas propiciada por la recombinación endosimbiótica del virus V-5, origen biomolecular de la prolongada longevidad de los nosferatus, junto al fuerte enlentecimiento del ritmo metabólico experimentado en sus organismos tras la infección, empiezan a fallar. El envejecimiento puede frenarse, pero no detenerse del todo. La eternidad sólo existe en las leyendas, tan sólo es una ilusión comparativa. Consecuencias del Principio de la Entropía… Como parece lógico, tal proceso lento pero irreversible de degeneración orgánica afecta tanto a machos como a hembras, al igual que en nuestra especie, aunque a un ritmo mucho más pausado, aunque tampoco idéntico para ambos sexos, no olvidemos que las mujeres cálidas suelen vivir - en promedio - algo más que sus compañeros dotados de pene. Sin embargo, entre los vampiros, la tasa diferencial de supervivencia en la ancianidad a favor de las damas es mucho mayor, en una proporción media de diez a uno, porque, a medida que se inicia la fase severa de la decadencia fisiológica del organismo vampírico, un elevado porcentaje de Antiguos reacciona de modo mucho más dramático y diferente ante los síntomas del ocaso definitivo que sus homólogas en similares circunstancias…; Los dos sexos sufren, al principio, idénticos síntomas, antes o después, con mayor o menor gravedad según sus factores genéticos y estado de conservación general: Aumento de los periodos de letargo vampírico regenerativo - fenómeno frecuente entre los Antiguos a partir de su cuarto o quinto siglo de no-muerte, conocido popularmente como “hibernación” - , tanto en frecuencia como en duración de las temporadas de profundo sopor, pérdida de vigor y densidad muscular, cansancio, lagunas y desórdenes de memoria, astenia, disminución de la voluntad, asma y otras dificultades respiratorias como efecto de su anemia permanente y, aunque no siempre, incremento de la fotofobia y debilitamiento de los poderes hipnóticos de fascinación, telequinesia y videncia o premonición, la famosa “intuición vampírica”, aunque, paradójicamente, en algunos casos, algunas de estas facultades paranormales se agudizan, sobre todo si el sujeto había poseído algún atisbo o medida de ellas en su anterior vida cálida. Al mismo tiempo, la eficacia del rendimiento energético y metabólico se reduce cada vez más, necesitando dosis cada vez mayores de sangre caliente para obtener cada vez más pobres e imperfectos resultados regenerativos a nivel de todos los tejidos activados por la recombinación permanente endosimbiótica del retrovirus. El vampiro, entonces, muestra signos externos de obvio envejecimiento más y más severos y frecuentes, adoptando el aspecto y la fragilidad de un anciano cálido, aunque mucho más lenta y suavemente que él. Al final del proceso, ni tan siquiera dosis masivas y continuas del precioso y rojo fluido vital consiguen rejuvenecerle, produciéndose la Muerte Definitiva natural de su especie. Pero, mientras la Anciana nosferatu, en la inmensa mayoría de los casos, experimenta un mayor debilitamiento o astenia de la voluntad, acompañado por frecuentes y crónicas depresiones que disminuyen su impulso sexual/depredatorio paulatinamente, más o menos en equilibrio con su pérdida de facultades físicas, la mayor parte de los Ancianos reacciona de forma violenta, resentida y desesperada ante los síntomas de su progresiva aunque irremediable decrepitud. Así, sufren una extraña reactivación de la pulsión asesina descontrolada, una especie de “segunda explosión adolescente” de sus impulsos libidinosos/agresivos. La degeneración de los centros superiores del cerebro es en ellos mayor y más rápida, aunque conservan algo más tiempo la fuerza y resistencia física y el Ansia Roja por pervivir a cualquier precio, justo al revés que la pauta corriente entre las Ancianas de su misma especie… El resultado, en los dos tercios de los casos, es la entrada en un síndrome de “locura destructora” insensata y peligrosa, tanto para sus congéneres como, aun más, respecto a sus “primos” cálidos, que los transmuta en fieras vagamente semejantes a “zombis rabiosos” de película o videojuego de terror, la célebre y temida “Demencia Roja”. Obviamente, tal derroche de sus ya menguantes energías les empuja a un deterioro y extinción final aun mayores y, sobre todo, más rápidos, pero mientras ellas, por lo general, terminan amoldándose no sin altibajos y sufrimientos a un suave y lentísimo apagamiento cual gruesas velas que, al fin, consumen toda su cera, ellos son empujados a desgastar sus últimas energías en un incendio agónico y devastador…

Tal tendencia parece, además, a juzgar por las estadísticas, parcialmente independiente del grado de poder, autocontrol, madurez y sabiduría alcanzado en los siglos anteriores de prolongada no-muerte por los varones afectados. Pues, si bien es cierto que hay un mayor número de casos severos de Demencia Roja entre Antiguos de escaso nivel intelectual y corta potencia mental, también ocurre con relativa frecuencia que mediocres e insignificantes Ancianos de bajo linaje consiguen envejecer con mayor dignidad, mientras enaltecidos y lúcidos Maestros de Clanes de elevada estirpe y sorprendentes poderes psíquicos sucumben a sus peores extremos al rebasar la frontera maldita del Medio Milenio…

Desde el punto de vista científico - además - el asunto resulta difícil de explicar: En la Ancianidad, el organismo vampírico masculino tampoco puede producir los niveles de testosterona y otras hormonas propiciadoras de los instintos asociados a la Sed Roja descontrolada en suficiente medida como para justificar el fenómeno. Existen teorías, la mayor parte de las cuáles relacionan la mayor propensión a la Demencia Roja en los machos con las diferencias funcionales entre algunas redes de conexiones neuronales de ciertos centros de la corteza receptiva y asociativa, el sistema límbico y la interacción y grado de actividad media de ambos hemisferios cerebrales, pero no se ha logrado cómo relacionar tales diferencias-promedio, que sí se han detectado experimentalmente, con factores bioquímicos, genómicos y retrotranscriptómicos concretos identificables y aislables en el laboratorio, por lo cuál, aunque quizás razonables, no dejan de ser más que simples hipótesis especulativas.

Es algo penoso, una de las espinas clavadas en el hermoso, arrogante y triunfal rostro del Régimen del Legado…

¡Mas qué mejor ejemplo de ello que el desolador y triste final del mismísimo Drácula, genio sublime, sagaz estratega, Padre Fundador de la Nueva Era…, quien optó por suicidarse al detectar en sí mismo los primeros tenues síntomas de la Demencia, justo después de haber hecho triunfar una Revolución Mundial que cambió para siempre la Historia de las dos Especies o formas de la Humanidad!

¿Cabía esperar mayor sarcasmo, algo más irritante y ofensivo?

Pero, dicho tema, uno de los pocos terrenos en los que el Mito todavía se resistía a la luz de la Ciencia, era un Gran Tabú en la Nueva Sociedad del Legado. Uno de los pocos que subsistían en una radiante Era hedonista de libre goce del placer de los sentidos y triunfal dominio de la Razón…, junto al problema de los neonatos primerizos antisociales violentos…

Ambos tipos de vampiros - muy mayoritariamente masculinos como se ha explicado - mostraban conductas de alto riesgo, antisociales y profundamente adversas al Espíritu y la Letra de la Constitución Mundial y la necesaria convivencia pacífica entre cálidos y vampiros… Eran como veneno puro contra la esencia misma del Legado…

Por tanto, los individuos afectados por tales trastornos eran rápida y eficazmente detectados, detenidos, aislados en centros especializados y tratados farmacológica y psicológicamente. Se intentaba rehabilitarlos a ser posible, aunque en el caso de los Ancianos tan sólo se consiguiese paliar y congelar el proceso degenerativo, convirtiendo al paciente al final en una especie de vegetal sometido a un Letargo vampírico inducido permanente, aguardando la Muerte Definitiva en un estado intermedio entre el coma ligero y la catalepsia, en aras del bien común. Entre los neonatos jóvenes, el porcentaje de éxitos era mayor, ayudado en parte por la propia evolución natural de sus mentes y cuerpos mutantes en maduración, pero en torno a un 6% de los mismos resultaba incurable, viéndose condenados a reclusión perpetua en sanatorios psiquiátricos específicos, emplazados en remotos y poco accesibles parajes, a lo largo y lo ancho de todo el territorio Confederado, al igual que sus congéneres de mucha mayor edad.

Por todo ello, no es de extrañar que, en el Imperio Invisible de los nosferatus, exista desde siempre un mayor protagonismo, independencia y poder de las mujeres, desde los neblinosos, desconocidos y confusos orígenes de los vampiros, descritos en términos mitológicos en el “Testamento de Caín” y las “Crónicas de Sangre”, los dos Libros Sagrados del ancestral y multi-milenario Culto de la Comunidad de Clanes compilados y conservados con devoto celo y paciencia por los monjes, sacerdotes y sacerdotisas de la Hermandad. Dicho predominio relativo había sufrido oscilaciones claro está, al ritmo de los grandes cambios económicos, sociopolíticos y religiosos que habían afectado al Universo humano cálido, influyendo de manera intensa y compleja a la propia evolución de las comunidades de Los Ocultos que habían acompañado desde el principio el devenir de la mayoría de sangre caliente, nutriéndose de ella, en todos los sentidos de la palabra, el cultural incluido, e influyéndola al mismo tiempo, en una interacción sutil, escondida, profunda, tan sólo reflejada por la gran masa cálida y sus sofocantes muchedumbres fecundas por medio de siniestros mitos y exageradas leyendas, presentes en todos los pueblos y civilizaciones desde la aurora prehistórica del Homo Sapiens…; Pero aunque entre los No-Muertos el auge guerrero de la Edad de Hierro y la perentoria necesidad de proteger los excedentes de una agricultura y ganadería cada vez más eficientes y productivas del pillaje de las tribus nómadas también impulsó la Revolución Machista de los Cielos y la Tierra, alzando terribles y fieros Dioses e Ídolos Falocráticos de la Sangre y la Guerra, el influjo y veneración por la Diosa Primordial, el Principio Femenino de la Madre Tierra que gobernara el Neolítico, no decayó tanto como entre sus primos cálidos…

Mas ahora, en una Nueva Era supertecnificada y socialmente sofisticada, en la cuál ambas especies y sexos accedían por igual a cada avance, conocimiento y comodidad en un Estado de Bienestar y Libre Mercado Globalista, las ventajas biológicas de las hembras vampíricas se dejaban sentir más que nunca, por lo cuál el Mundo caminaba poco a poco, sin pausa pero sin prisas, a un Nuevo Matriarcado, eso sí, mucho más sutil y de formas más suaves que el primigenio.

¿Y qué mejor señal de esto que los cerca de 4.500 gigantescos y masificados sanatorios y “asilos terminales”, mastodónticas, peculiares y siniestras mezclas de manicomios, hospitales y cárceles de alta seguridad, funcionando a pleno rendimiento en el Hemisferio Norte entero? Pues, dada la enorme longevidad de los vampiros, tenazmente resistentes a la extinción incluso en sus últimos y más residuales momentos, y el fuerte crecimiento de la población neonata, cada vez más extendida en todas las latitudes y estamentos de la sociedad, el sistema se hallaba colapsado, consumiendo con aterradora voracidad bocados cada vez más prohibitivos del erario público.

Por esta razón, dos decenios atrás, el Gobierno, a propuesta de la Primera Ministra y con el pleno apoyo de sus Ministras de Salud y Paz Social, dos ambiciosas, dinámicas y atractivas neonatas con no más de treinta años de no-muerte y, por supuesto, convertidas y aleccionadas por ella misma en calidad de Madre y Maestra de Sangre, presentó y consiguió aprobar una Ley de Eutanasia Vampírica Limitada, que obligaba a extinguir las vidas de los pacientes irrecuperables que precisasen un Mantenimiento Letárgico Indefinido - en jerga médica M.L.I. - si los informes de los especialistas no preveían otra solución para el afectado compatible con la seguridad colectiva, siempre que el mismo hubiese superado los veinte años en tal estado sin atisbos de mejoría alguna. Durante los debates en el Congreso Mundial Confederado, tal proyecto enfrentó duramente a la experimentada e implacable política con los sectores más radicales del fundamentalismo supremacista vampírico, quienes la acusaron de “traidora a su propia especie”, “ultra-feminista fanática” y “vendida a los cálidos”, provocando incluso una escisión de parte del ala derecha de su propio Partido Conservador del Legado, liderada por un altivo, anticuado y rancio aristócrata Antiguo de origen austriaco, el conde Karl Karstein. Asimismo, también provocó el más ruidoso rechazo por parte de los grupos de cálidos “ultra-humanistas” de extrema izquierda y, paradójicamente, algunos otros vinculados a la ultraderecha religiosa cálida cristiana, que calificaban la Ley de “inmoral”, “engañosa”, “contraria a los derechos civiles”, una “diabólica estratagema para embaucar a la mayoría popular cálida, fingiendo protegerla contra los peores excesos de la agresividad vampírica, para después generalizar medidas genocidas y eugenésicas contra sectores molestos o improductivos para los vampiros dentro de la población de sangre caliente”. Algunos congresistas y senadores cálidos del moderado Partido Social-Liberal Integrador, de base mayoritaria cálida pero que admitía notables neonatos en su cúpula dirigente, se contagiaron de los temores y reparos de los ultra-humanistas, decidiendo apelar a la objeción de conciencia, absteniéndose o votando en contra de las directrices de su propio Grupo Parlamentario, el cuál compartía el Gobierno con el Partido fundacional en la llamada Coalición de la Armonía, desde que la Primera Ministra perdiera la mayoría absoluta en las Elecciones Legislativas Mundiales del 2.125, después de 45 años de completo y exclusivo dominio del poder sostenido por la brillante y mitificada estela de la voluntad postrera del Padre Fundador, quien la designó sucesora oficial de su cargo en el Gobierno provisional formado justo antes de retirarse a morir con orgullosa y autoprovocada dignidad, allá a finales del 2.079. Tal hecho forzó la dimisión del Viceprimer Ministro, Ministro del Interior y líder del Grupo Social-Liberal, pues tales muestras de escaso control sobre sus propios seguidores fueron aprovechadas por la corriente rival dentro del Partido, generando una profunda crisis en el Gabinete, a pesar de que la votación fue ganada por una ajustada mayoría. El asunto se complicó, saltando a la opinión pública y amplificado hasta la náusea por los todopoderosos medios de comunicación audiovisual y numerosos blogs de debate en la Hiper-Red. Los extremistas de uno y otro bando soliviantaron a los varones de ambas especies, presentando la iniciativa legisladora como un “atentado contra los hombres”, el último “golpe de gracia de la sutil tiranía de un Neomatriarcado erigido tomando en falso el nombre de Drácula”. La polémica, avivada por los insaciables intereses comerciales de los potentes canales de holovisión-basura y las principales empresas de servidores y distribuidores privados de servicios virtuales en el ciberespacio, subió de tono, llegando al extremo de sacar a relucir la conocida preferencia de la mandataria por las chicas jóvenes y algunos detalles de su semienterrado y escandaloso pasado como sanguinaria señora feudal en la Hungría del siglo XVII. Incluso hubo algunas escasísimas aunque ruidosas apelaciones críticas a la figura de la Sacra Viuda y Presidenta Mundial Vitalicia por parte de algunos grupúsculos entre los radicales de izquierda, simultáneos con las rotundas y un tanto histéricas y crispadas intervenciones de cierto bloguero exaltado de extrema derecha supremacista, reprochándole los unos y el otro de forma malintencionada y artera su supuesta “indiferencia, o quizás complacencia” con los excesos de su “íntima amiga”, acusándola de incumplir así su labor mediadora, imparcial y “representativa de todos los ciudadanos confederales, sin distinción de sexos, especies, ideologías o creencias”, aun a sabiendas de que, aunque lo hubiese deseado, jamás podía haber intervenido dando una opinión en la batalla política parlamentaria, por expreso mandato constitucional

Algo que no había ocurrido nunca antes desde el Amanecer del Legado. Hasta entonces, la Presidenta y Sacra Viuda de Drácula había sido intocable en cualquier medio público y privado, incluyendo los más sensacionalistas y caníbales de la tele-prensa rosa y la holovisión basura.

Tal detalle fue, sin embargo, lo que precipitó el fin para aquel efímero protagonismo triunfante de las exiguas aunque ruidosas minorías de extremistas que, como suele ocurrir, suelen converger a la hora de agredir al núcleo moderado del sistema democrático, al que odian tanto o más que la mutua animadversión que sienten entre ellos mismos: Ante dichos disparos a la línea de flotación de la cabeza visible del Legado, las más dispares y heterogéneas voces y poderes diversos, muy diferentes en líneas de pensamiento e intereses, a veces hasta contrapuestos, pero todos ellos integrados en el Régimen, acometieron a la vez contra los vocingleros con ímpetu y rotundidad inusitados, sin escatimar medios y dando cancha libre a respetados y prestigiosos líderes de opinión, artistas y estrellas del espectáculo e intelectuales de ambas especies y multiforme pelaje que se encargaron de defender a la Presidenta, cada uno a su estilo y con sus armas particulares. Dos o tres baños de masas aprovechando oportunos actos oficiales - ante un público de rendidos fans la última Consorte Predilecta de Drácula siempre resultaba genial - se encargaron del resto. El Gobierno salvó la cara, refugiándose detrás de la cerrada y ardorosa defensa institucional de la Presidencia Vitalicia, garante del espíritu de consenso del Legado, y las aguas pronto volvieron a su cauce. El Partido Social-Liberal nombró otro Primer Secretario - cálido esta vez, el anterior era neonato - adelantando unos meses un Congreso Mundial Extraordinario, pero de perfil aún más centrista y afín a la figura de la Sacra Viuda - . De hecho, simultaneaba sus múltiples ocupaciones políticas con la vicepresidencia del Club Planetario de Devotos de la misma, cuya presidencia ostentaba el profesor Estrada, por cierto - . Y, de esta forma, la Primera Ministra Antigua remodeló su enésimo Gabinete sin mayores problemas. El nuevo líder de centro-izquierda, además, maniobró con exquisita habilidad, realizando una purga interna tan quirúrgica como inmisericorde, no vacilando en recurrir al juego sucio de fontanería pura y dura, que limpió el grupo parlamentario y la Ejecutiva Federal de su Partido de elementos tibios en su defensa cerrada del constitucionalismo más estricto, y utilizó tales méritos y su amistad con la Sacra Viuda para arrancarle a la Jefa de Gobierno el cargo de Ministro de Economía y Planificación Astrocolonial, con lo cuál el peso relativo en la gestión de la Administración por parte de su Grupo aumentó considerablemente, para mayor ira de los sectores ultraconservadores de los vampiros supremacistas.

Pero aquello fue tan sólo una pequeña tormenta de verano, pasajera e intrascendente. Mucho ruido y pocas nueces - se dijo en silencio la condesa Erzsébet o Elizabeth Bathory, Primera Ministra de la Confederación Norhemisférica -. La sociedad había acabado asimilando perfectamente aquella Ley e incluso un par de reformas posteriores de la misma aún más restrictivas, porque, cálida o neonata, la Gran Clase Media, la Mayoría Silenciosa, anhela sobre todo seguridad y mantener la cartera razonablemente llena, y no los grandilocuentes discursos moralistas sobre los derechos de minúsculas minorías, por más que se niegue a reconocérselo a sí misma, tanto delante del espejo como a través de encuestas.

Suspiró, y algo sombrío cubrió su ceño serio y preocupado.

Ojalá se enfrentase ahora a mil pequeños conflictos como aquél. Comparada con ellos, la Crisis actual era como la Segunda Guerra Mundial o las Guerras de Sangre de los Decenios Oscuros con respecto a una simple pelea de barrio entre dos bandas de adolescentes marginales…

La poderosa y férrea Antigua sonrió maquinalmente a un grupo de agitadas y aristocráticas damas y algún caballero de elevada alcurnia que pretendían acercarse para sonsacarle cierta información reservada sobre la causa de aquella intempestiva convocatoria urgente de máximo nivel y confidencialidad, haciendo valer su linaje por encima de las estrictas y funcionales normas de seguridad del Estado. Los miró con fijeza con sus enormes y felinos ojos de fría obsidiana sobre un fulmíneo fondo ámbar y el grupito se estremeció, dispersándose entre aturrullados murmullos de afectada indignación versallesca.

La Primera Ministra bufó con desprecio, como una inmensa gataza a punto de saltar sobre su presa. Caminaba muy rápido a lo largo del extenso pasillo, utilizando una pequeña parte de la fuerza motriz de su aparato locomotor sobrehumano. A la vista de un cálido, su movimiento asemejaba el de una filmación en cámara rápida antigua; Si subiese al máximo el ritmo, se tornaría vertiginoso, arrollador, justo por encima del campo de visión normal entre ellos, aunque no podría mantenerlo mucho más allá de entre quince y treinta minutos seguidos - según la calidad y cantidad de su ingesta reciente de sangre - sin superar su propia y siempre precaria reserva de glóbulos rojos y se vería obligada a dejar de hiperventilar para no ahogarse en medio de un agónico ataque de asma.

Su escolta de imponentes y sombrías neonatas la seguía, manteniendo la marcha con cierto esfuerzo pero sin auténticos problemas, gracias a sus diarias e intensivas sesiones de ejercicios respiratorios y duro entrenamiento psicofísico. Sin él, ya estarían jadeando sin parar, pues ninguna superaba los veinte años de no-muerte, y el proceso de Conversión no había llegado tan lejos, mucho menos comparado con el de una Maestra Antigua altamente dotada y por cuyas venas corría la sangre del mismísimo Drácula…

En el amplio salón de reuniones, donde los escogidos convocados rebullían, inquietos, esperando la entrada de las dos grandes Damas, Guardianas Oscuras del Legado, la puerta del fondo, de ébano labrado y reluciente, con el escudo oficial de la Confederación grabado en oro sobre su panel superior, se abrió con un chasquido: El Globo del Mapamundi, sostenido por laureles y coronado en su ahora en buena parte fundido Polo Norte por el Dragón Alado rampante de la Orden, brilló mientras la hoja giraba, sacándolo del campo de visión de los congregados.

Todos enmudecieron, tensos, expectantes. Un vago halo de los destellos malva y oro del magnífico ocaso arrancando sus últimos reflejos a las cúspides de los rascacielos de Manhattan, ocultos tras los pesados cortinajes de terciopelo color vino, apenas rozaba el borde del lado de la larga y estrecha mesa orientado a Poniente. Pero la luz eléctrica de la gran lámpara de cristal veneciano que pendía del techo, y los poderosos filtros moleculares que formaban parte de la composición del vidrio especial del majestuoso ventanal de contorno neogótico, lo hacían casi imperceptible, incluso para los agudísimos sentidos hipersensibilizados por la fotofobia de los vulnerables neonatos presentes en torno a ella.

Alta, esbelta, de formas incitantes aunque más atléticas que exuberantes, rostro entrelargo, de fina y estrecha nariz, pómulos elevados, labios sensuales pero crueles, sinuosos, desdeñosos, los sedosos cabellos lisos, negros como el azabache, cortos y peinados a lo garçon, siguiendo los dictados de la última moda neo-andrógina tan popular entre las neonatas dominantes de la Nueva Sociedad, lucía un elegante y exclusivo traje-chaqueta negro con minifalda por medio muslo, dejando ver sus delgadas, largas y bonitas piernas, botas de cuero de media caña, blusa blanca con chorreras de cuello alto, el colgante de oro macizo con el escudo Bathory labrado meciéndose ligeramente entre sus pechos bien torneados y generosos, aunque no tan avasalladores como los de la sacra Viuda, apretados bajo la ajustada seda de la blusa, ligeramente declinantes y desparramados hacia los lados por efecto de la fatal alianza de los factores gravedad y sus cuarenta y cinco años de edad fisiológica en estado de nutrición sanguínea óptima, por más que su fecha de nacimiento se remontase casi cinco siglos atrás en el Tiempo.

La arrogante y magnífica mujer se sentó, mientras dos solícitos criados cálidos la atendían. Eran un par de muchachos muy guapos, de gráciles y fornidos cuerpos, hermosísimos, semidesnudos, ambos hermanos gemelos mulatos de suave piel café, por completo depilados, excepto en sus cabezas, que exhibían cortas melenas a lo paje y en la zona genital, apenas cubierta por sus minúsculos tangas dorados, cuyas tiras posteriores se enterraban profundamente entre sus prietas nalgas exquisitamente cinceladas. De rostros idénticos y un tanto andróginos, retiraron y luego arrimaron el enorme sillón giratorio de cuero con serviciales y amables sonrisas bien trazadas en sus bellísimas y aniñadas caras complacientes...

Los dos chicos se inclinaron profundamente, bajando sus ojos de ardiente carbón con sumisa fascinación. Ella realizó un breve y suntuoso gesto de despedida y ambos se retiraron con ligeros y elásticos pasos. La puerta se cerró de nuevo con un seco crujido.

La condesa Bathory paseó su gélida e intimidatoria mirada por los ansiosos rostros que la observaban, estupefactos, preguntándose porqué la Primera Ministra ocupaba la Presidencia de la Mesa, en lugar de su extremo opuesto: Es decir, la razón de la evidente ausencia de la Presidenta Mundial Vitalicia, cuya asistencia les había sido anunciada. Además, aquellos efebos pertenecían desde luego al servicio privado de la Sacra Viuda, eso estaba claro… Aquellos detalles añadían todavía más inquietud y nerviosismo a todos los próceres allí acomodados.

La voz de la Aristócrata Antigua resonó en la atmósfera aséptica y bien calefactada de la sala, firme, clara, ronca y tajante, como de costumbre:

- Buenas noches, distinguidas señoras y caballeros. En primer lugar, les doy las gracias en mi nombre y el de nuestra Venerada Viuda y Presidenta Mundial por su diligente respuesta ante Nuestra llamada - fugaz pausa de efecto, para después continuar en tono algo más alto y rotundo, remarcando las sílabas en perfecto inglés digno de Oxford - . Soy consciente, es más, puedo sentir que todos ustedes se preguntan, extrañados, acerca de la inesperada ausencia de Nuestra Reverenda Jefa de Estado y Sacerdotisa Suprema de la Hermandad en esta reunión reservada de emergencia. Han de saber que ella lamenta hondamente haberle sido imposible venir, pero ciertos problemas técnicos y de seguridad en su astrovuelo desde Selenia, la capital de la Colonia Lunar, donde se encuentra realizando una visita oficial, se lo han impedido, lamentablemente. De todos modos, yo asumo la Presidencia de la Mesa y sus funciones de moderadora, aunque a la vez intervenga en la discusión y análisis del asunto en calidad de Primera Ministra. Supongo que nadie se opondrá a ello. Estamos entre amigos…, los más fieles colaboradores extraoficiales del Gobierno, nuestras mujeres y hombres de confianza, las eminencias grises de la Confederación.

Al pronunciar la última frase, lanzó un breve arpón visual a un enhiesto y fornido Antiguo, alto, de anchos hombros y pecho de barril, el General Igor Korilenko, un Jefe de Clan procedente de Siberia, cuya presencia en aquella sala se basaba de manera exclusiva en la exigencia política de contentar a las estirpes eslavas, no precisamente por el grado de simpatía mutua con la astuta y altiva condesa húngara un siglo y medio más vieja. El redondo, enorme y abotagado rostro del ruso no se inmutó, rojo como una amapola debido a sus frecuentes abusos de combinados de sangre virgen y vodka, pero sus fríos y brutales ojos azul-claro, casi albinos, devolvieron el envite a la Maestra de Sangre magiar con orgullosa aquiescencia…, al menos de momento.

Una prolongada pausa, electrizante y cargada de impaciencia mal contenida, se apoderó de la cámara insonorizada y electrónicamente acorazada de toda ingerencia exterior.

- Bien, muchas gracias. Pasaré a exponerles entonces el origen de la Crisis que nos disponemos a abordar - continuó Erzsébet con una diminuta sonrisita satisfecha -. La cuestión es, en resumen, la siguiente: Hace tres días, un equipo de zapadores, exogeólogos, ingenieros y exploradores de la compañía multinacional privada “Exon-Energy Corporation”, durante sus trabajos de prospección en la zona nor-ecuatorial de Marte próxima al colosal volcán muerto de dicho planeta conocido como “Monte Olimpo”, descubrió un gigantesco complejo de cuevas y galerías subterráneas interconectadas bajo el subsuelo, a unos 360 m. de profundidad. Tanto el diseño de la red como, aún más su contenido, les hicieron comprender de inmediato que se hallaban ante la primera prueba científica innegable de que nuestras dos Especies no se hallan solas en el Universo, pues el sistema de cámaras y galerías y la naturaleza de las inscripciones grabadas en piedra en sus paredes y pasadizos demuestran sin lugar a ningún género de dudas que son obra de una inteligencia extraterrestre avanzada. Los métodos de datación radioactiva convencionales y la nueva técnica por desimanación nano-espintrónica, mucho más precisa y de alcance temporal casi ilimitado, coinciden: La edad de los estratos encajantes y de la red de grutas y galerías corresponde a algún momento entre el 15.000 y 12.000 A.C.

Un absoluto y espeso silencio atónito y estremecido acompañó el fin de su frío y demoledor informe.

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