Segundo Fragmento Capítulo IV de "La Señora del Hidrógeno"

La Condesa Sangrienta, Erzsébet Bathory, le sonrió como una loba hambrienta, pero en su mirada también destelló el amor puro e incondicional de una madre orgullosa, una musa admiradora y una amante agradecida y satisfecha...

Contemplaba a un carcamal arrugado, enfermo, agonizante... Su lívido y grisáceo rostro se derrumbaba en una serie de papadas escalonadas sobre la sotabarba, el estómago obeso y abultado sobresalía, tensando los botones del pijama de seda negra a rayas verticales rojas, cuyos primeros botones, desabrochados en un acto reflejo debido al ahogo que sentía su dueño, dejaban ver un tórax ancho y carnoso, poblado de destemplada transpiración y abundantes vellos grises y nevados, entre cuyas frondas brotaban varios sensores y delgados cables multicolores, conectados al electrocardiógrafo. El equipo había sido instalado en los confortables aunque sencillos aposentos del famoso catedrático e investigador ante su rotunda negativa a ingresar en el hospital tras su última crisis cardíaca, después de recibir la noticia de que su malherido corazón ya no soportaría una cuarta intervención quirúrgica. Ahora se los desprendió uno a uno, con un gesto a la vez rabioso y rebelde... No, ya no era el lindo infante ni el hermoso mozalbete que la Dama Oscura había seducido, escogido, protegido, herido, curado, alzado y amado entre los hombres... La apariencia de la Belleza se había extinguido, y su cuerpo olía a enfermedad y vejez, por más que se aplicasen sus cuidadoras en mantenerlo aseado y perfumado, pero la aristócrata exquisita y desalmada que había sacrificado todo, inmolando la paz de su alma y casi 700 vidas inocentes en el Altar de la Belleza, su única Religión venerada, no podía ver en él aquéllo que siempre había odiado, despreciado, detestado y temido más que la peste, sino la dulce fragancia y tierna tersura de antaño... Para ella, ciega de amor como tan sólo lo estuviera en vida con sus hijos carnales y aquel extraño caballero de piel sepulcral y dientes afilados con quien viviera un apasionado y breve romance adulterino, el único varón ante quien se sometió realmente y acató cual sumida amante y Discípula Tenebrosa, siempre sería Su Niño, su Chico, su Predilecto...

- Buenas noches, querido Eddy - susurró con su voz firme y cavernosa, pero matizada mediante acariciadores tonos de terciopelo - ¿Por ventura creías que tu Elizabeth se había olvidado de tí? No..., mi nene, mi amorcito, mi bienamado... Tu vida y tu adoración amorosa me han hecho sentir de nuevo viva, y tu obra me ha proporcionado un infinito placer y una inmensa y renovada energía... Tan grande, que me he zafado de las cadenas de dolor y sangre que me retenían atada al escenario corrompido y maldito de mis crímenes... Ahora, más poderosa y libre que nunca, vuelo por el planeta entero y sus alrededores y mi "Imprimatur", autosuficiente, autónomo y saciado, rebosante de potencia, desafía al tiempo y el espacio, preservándome de la eterna condena... ¿Acaso piensas que puedo ignorar todo eso? Se lo que soy... Pero mi perversa indiferencia y espantoso sadismo tan sólo afecta a aquellos que juzgo inferiores, desdeñables, utilizables como carne de cañón, juguetes sexuales, corderos de sacrificio... A los excelentes, a esos pocos escogidos a los que otorgué y de los que recibí verdadero cariño, sabiduría y favores, o a aquellos que di la vida por mi carne y por mi sangre, siempre los amé y les fui fiel, a mi manera, bien lo sabes...

- Lo... lo sé... No... du...dé... de... tí... - pensó el anciano, sin pronunciar palabra, pues ya no tenía fuerzas ni para musitarlas - Pero..., el do...lor... No... No pue...do... so...por...tarlo... más... Me... me... co...no...ces... bien... Ss...soy... osa...do... en mi... mmm...men...te..., ppp...pe...ro... co...bar...de... pa...ra... el... su...fri...mien...to... fí...si...co...


¡No eres cobarde, - negó la mujer con un ademán irritado, casi feroz - no vuelvas a repetirlo!; Te lo dije la primera vez, cuando nos conocimos, lo único que ocurre es que tu valor y tu hombría superior residen principalmente en tu mente... Y, a ese nivel, eres radiante, fuerte, muy fuerte, magnífico, tanto o más que mi esposo Ferenz, a quien llamaban el "Héroe Negro de Hungría", despiadado y temido por los enemigos otomanos, y uno de los primeros seres que me enseñó el poder del terror y el dolor en las escasas temporadas que volvía junto a mí desde su mundo de espadas y combates, antes de dejarme prematuramente viuda. En realidad, en tu terreno intelectual e ideológico eres casi tan terrible y desalmado como yo... y eso me encanta... Me pone muy caliente - precisó, lanzándole una ojeada volcánica y caníbal, tan intensa que, en circunstancias normales, hubiera provocado más pánico que deseo - ... Pero tú eres un sabio, un brujo, un hechicero de la nueva Era Tecnocrática, no un guerrero. No todos los selectos podemos ser iguales, cada uno goza de un Don diferente y todos ellos son complementarios. Esto es obvio ya desde los escritos de Platón, y mucho antes, cuando los primeros genios como Imhotep erigieron las Pirámides... Pero los Guerreros no somos nada sin los que son como tú... Pues, por más fuerte o valeroso que sea un hombre, o la más indómita amazona, ¿acaso puede extender su dominio sobre un poblado tan siquiera sin aliarse con el Misterio y sus ministros..., o sin utilizar la ciencia que, desde el principio propició la bonanza de las cosechas, la abundancia del ganado, la "medicina sagrada" y la metalurgia que forjó las armas con las cuáles multiplicar el vigor de su brazo y el de sus clanes, tropas o mesnadas?... Eso me lo mostró él, mi Amante Oscuro, mi auténtico y definitivo Maestro Tenebroso..., mi remoto "primo" Vlad Draculea, Señor de las Tinieblas de la No-Muerte... el Gran Guerrero que, transmutado en astuto estratega, profundo bibliófilo y erudito, experto alquimista, insigne ocultista y audaz necromante, venció a la Gran Segadora invocando el Poder de la Oscuridad en el nombre de su excelso amor cruelmente perdido, enmascarando su Gran Victoria Final detrás de su aparente derrota traicionera en el teatro de la Historia..., el único miembro de tu género, el masculino, ante quien yo, Erzsébet Bathory, me entregué con completa sumisión... Él me dijo, entre divertido, complacido y admirado, que yo "poseía ya en vida mortal el resplandor de los "strigoi" (nosferatus) en la mirada..." Me amó, me poseyó, bebió de mi sangre y me dio a probar unas gotas de la suya, pero no completó el Ritual de Muerte y Renacimiento secándome por completo hasta el borde de la agonía y haciéndome entonces degustar una dosis suficiente de su mágico licor, pues afirmó que mi Destino y mi misión eran otros..., y que de este modo contribuiría poderosamente al Advenimiento de la Nueva Era que a Él, el "Hijo del Dragón", le había sido otorgado fundar sobre esta Tierra... ¡Tú eras esa misión...! Porque la victoria del capitalismo liberal occidental en la Guerra Fría y la instauración de un Régimen Global de Equilibrio de Terror bajo la Espada de Damocles de la Destrucción Mutua Asegurada (M.A.D.) y sus incontables consecuencias y ramificaciones sobre la dinámica de poder de las naciones y el inconsciente colectivo de las masas en todo el planeta son dos de las piezas clave de la Gran Mutación que Él y sus aliados en la Sombra, cálidos o vampiros, en las altas esferas de este mundo y en el otro, pretenden provocar... Ahora lo comprendo, Él me eligió a mí... y yo a tí....,y no lo lamento, por más que le maldije incontables veces cuando me consumía, abandonada por todos, en la Torre, emparedada en vida en mis últimos años como castigo por mis nefandos crímenes y blasfemias, pero también cual resultado de las mezquinas maniobras e hipócritas ambiciones avariciosas de las intrigas del poder político entre el monarca húngaro y los boyardos de mi tiempo... Entonces, me dio un último beso y se marchó, más rápido que el ojo humano..., para siempre..., por el momento... Volví a mi feudo, triste y extasiada a la vez y, desde aquel día, una insaciable sed de sangre e inmortalidad me dominó, agudizando hasta el paroxismo mis peculiares tendencias y pulsiones anteriores, naturales en mí desde mis famosos ataques de la niñez... El resto ya lo conoces..., en realidad muchos creen conocerlo, aunque, a diferencia de tí, no entienden nada...

- Y.. él... tu... Prín...ci...pe... de... los... No-Muer...tos..., ¿to...da...vía...?


Como siempre, la curiosidad, el afán indomeñable de saber, más y más, dominaba su ser, sobreponiéndose a cualquier quebranto o dolencia física... Satisfecha, con una sinuosa sonrisita complacida, su Maestra le interrumpió antes de que completase la frase en su cerebro, con la rápida y etérea eficacia de las transmisiones psíquicas:

- Sí. Sus pies aun siguen caminando, infatigables, sobre la superficie de esta Tierra... Pero no camina solo. Ha entronizado una nueva Reina bienamada, su última Consorte Oscura, su Neófita, su Niña de los Abismos, su Discípula neonata, hermosa, ingénua y frágil al principio, casi tan débil como su primer amor frustrado y desgarradoramente interrumpido que le hizo rebelarse contra Dios y su Orden Moral, una víctima como su adorada princesa Elisabetta de los juegos y mentiras de las guerras y ambiciones del poder humano y las potestades terrenales, sacrificada a ellos aunque de otra forma, pero quien, algún día lejano, se transformará en la Albacea y Heredera Universal de su Testamento, el Testamento de Drácula, cuya ideología constituirá la base filosófica y espiritual sobre la que se asentará el Nuevo Orden Mundial de la naciente Era que se prepara, el Eón de Horus/Acuario, que proclamara Sir Aliester Crowley, el gran Mago Negro del siglo XX, quien "jugó al ajedrez con las naciones" e inspiró el movimiento "psicodélico contracultural", nuestro Profeta Iluminado por las Sombras, la Nueva Era que viene a aniquilar la de Osiris/Piscis y todos sus valores patriarcales decadentes, el Viejo Eón que agoniza, consumido, entre otras muchas causas cuidadosamente calculadas y desencadenadas desde hace unos cuatro siglos, bajo las cenizas ardientes del Estado de Terror Atómico que tu genio llevó al máximo grado concebible...

El torrente de imágenes, pensamientos y conceptos fluía, impetuoso, sobre la mente ya tan sólo en parte ligada al organismo físico del moribundo... Se sentía más ligero, joven, lleno de vigor, maravillosamente aliviado y renovado... El Tránsito de su alma había comenzado... Pero, con los últimos chispazos de sus exhaustos y anóxicos circuítos neuronales, pugnaba por una última deducción final... Era el último Teorema... Debía resolverlo, férreo, orgulloso y tozudo como de costumbre, y ello le hacía aferrarse a los viejos esquemas racionales de su cerebro, potente pero desvencijado procesador central viviente al borde de la desconexión final...; Aquella cara... Parecía cambiada... Sin duda, era muy guapa..., sus rasgos dulces, aniñados, adorables, al mismo tiempo provocativos, como sus despampanantes curvas, generosos pechos exuberantes y gruesos labios muy rojos, jugosos, sensuales, pero a la vez infantiles, casi desvalidos... La solución a la ecuación rozaba su fatigadísimo aparato lógico-deductivo, pero se le escapaba, se le escapaba... y aquello le hacía ponerse más y más furioso...

- Te daré unas pistas, cariño... - concedió ella sonriendo con burlona malicia, relamiéndose delicadamente, plantada, magnífica y suntuosa, de pie, ante el lecho del ya casi exánime científico, con los brazos en jarras sobre sus elegantes y majestuosas caderas - tú la conoces en persona... Antes y después de su Conversión, con motivo de fiestas y recepciones de alto nivel... tanto tú como ella habéis sido invitados a múltiples cócteles , veladas y cenas en la Casa Blanca, por varios Presidentes, aunque tú siempre por el mismo motivo y ella por algunos más...variados, especialmente cuando el anfitrión fue J.F.K. - aclaró con un rictus a la par sardónico y perverso en sus sinuosos labios despectivos - . Cuando era cálida... y mucho, puedo asegurarlo, acudía por sus propios méritos. Ahora, bajo la nueva identidad cuya imagen estás viendo con tu ojo interior, lo hace en calidad de esposa del "Conde Vladimir", la máscara tras la que se oculta mi Maestro, cuyo trabajo esencial en el mundo diurno en la actualidad es actuar como una especie de "superagente de operaciones especiales ultrasecretas" de la CIA y el NSA, en las que su Dama participa, por supuesto... Forma parte de su aprendizaje... Tú incluso intestaste ligar con ella una vez, cuando era todavía de sangre caliente y vulnerable, poco después de tu gran éxito en la prueba nuclear de Nuestra Criatura en el Atolón Eniwetok. La futura Sra. de Drácula acababa de disfrutar también del gran éxito de su asimismo fulgurante carrera, que la transmutaría en un Mito resplandeciente y duradero... Te dio calabazas, o al menos tú lo creíste así, pero no de mala fe... De hecho, le gustaste. Pero te mostraste demasiado tímido y atolondrado..., porque se parece un poco a tu novia alemana, la única mujer mortal que pudo haberte desviado de tu Destino si yo no lo impido, por más que me doliera hacerlo de modo tan... violento... Además, por aquel entonces tenías tremendos competidores: El más brillante dramaturgo del momento, quien se convertiría no mucho más tarde en su tercer y último marido, y todo un joven, apuesto y mujeriego senador demócrata a punto de culminar su meteórica carrera hacia el Despacho Oval, quien sería su más notable y peligroso Amante Final, junto a su hermano..., de no ser por la intervención de Vlad Draculea, quien hizo volverse a la criminal conspiración de Estado contra sí misma, aunque en la más absoluta reserva, evidentemente... Y eso por citar tan sólo a los más destacados... Acababa de divorciarse del bateador y...


- ¡Jodida mierda..., cómo no me dí cuenta antes....! ¡Pero si es la Diosa Rubia..., la "Bomba de Niágara", o "Bomba Anatómica", como la llamaron, celebrando su fulgor y el nacimiento de nuestra Criatura como los dos grandes logros americanos del momento... ¡Claro... yo la abordé..., aludiendo a su admiración por Einstein..., a quien yo conocía!... Un truco sucio de viejo bergante..., un poco vulgar, lo confieso... Tienes razón, esa noche no estaba inspirado, no me extraña que me ignorase... - comentó entre risotadas roncas, viriles, como si todavía iniciase la cuarentena, reviviendo el episodio con absoluta precisión... - Es la misma cara, idéntica expresión... Pero los ojos..., el pelo... Me... me... con...fun...die...ron... - barbotó, indignado consigo mismo y cautivado al mismo tiempo - ...

- El tinte de sus cabellos en rojo oscuro es para disimular, mi grandísimo tontuelo... Y en cuanto a lo de los ojos, siguen siendo soñolientos, pero con reflejos dorados, mucho menos tristes y mucho más dominantes...: Obviamente, se trata de algo natural entre los vampiros, tanto si se hallan encarnados o en fase etérea, como yo... En el plano biofísico, una respuesta más a la mutación compleja transmitida por vía sanguínea por cierto retrovirus más que peculiar cuya acción transmuta nuestra fisiología... Algo fascinante para una mente del calibre de la tuya...

- Desde luego... Pero... ¿Y no la reconocen? Es increíble... Yo me estoy muriendo, pero en estado normal... ¿Cómo no me he dado cuenta en estos años atrás...?

- Ni tú, ni ningún otro miembro de la alta sociedad y el "stablishment" más selecto, todopoderoso y manipulador de este nuevo Gran Imperio al que nuestra Sociedad Oculta favorece porque le conviene para sus fines... Es curioso lo que un buen maquillaje y algo de hipnotismo ligero pueden conseguir, ¿no te parece? ¡Ah, por cierto, y trátala con respeto o me enfadaré... No olvides que ahora es nuestra Reina..., y mi Hermana de Sangre...! De hecho, es la Madre, Diosa, Hada, Maestra, Amante y Musa Oscura, o sea, todo lo que yo soy para tí, de tu sucesor, mi Segundo Niño de los Abismos...

- Mi... Pero...

- ¡No te pongas celoso, Eddy, no seas idiota...! - indicó ella con una honda y reverberante carcajada ronca y burlona, pero en el fondo, halagada y llena de instintiva coquetería divertida - Te acabo de decir que la Diosa del nuevo elegido es mi Hermana Oscura, no yo... A mí me admira profundamente, le halaga mi atención y protección, le fascino e inspiro a nivel estético, psíquico y morboso, claro está...; También me quiere, pero tan sólo soy la Hermana Mayor, "su Vicediosa"... La Rubia será para él la Primera siempre... Él es como mi segundo ahijado, mi sobrinito oscuro..., porque tuve que colaborar con mi Hermanita pequeña... Ella era demasiado "joven" e inexperta como neonata y además, en su condición de "encarnada", debía tomar grandes precauciones como para actuar en solitario, y mi Caballero Negro me pidió que la ayudara... Por éso la acompañé desde las Sombras cuando hizo con él algo parecido a lo que yo hice contigo en mi Castillo, hace ya algo más de treinta años..., en un precioso atardecer malva y oro sobre la sierra cercana a un lujoso parador de turismo en el Sur de España... Pero, para mí..., tú siempre serás mi Niño Favorito...


El último zarcillo de neuronas interconectadas se apagó, inerte por la falta severa de oxígeno. Acababa de entrar en coma irreversible. Ahora, él sólo la veía con los ojos de su alma...

- Así es... ¡ Llévame... Hazme uno contigo..., amor mío..., mi único y verdadero amor...! Ardo en deseos de estar junto a tí, conocerlo todo, incluso a ese "nuevo niño" al parecer comparable a mí, trabajar con vosotras... y con el Gran Maestro... Creía que todo acababa, pero no es sino el comienzo de algo mucho más apasionante... ¡Hazme tuyo..., para siempre...!

Por toda respuesta, la espectral aristócrata asintió con una ávida sonrisa feroz, siseó con fuerza y se elevó en vertical, levitando con pasmosa facilidad, mientras extendía los brazos hacia arriba con las palmas juntas y su capucha se abatía hacia atrás, desvelando sus finos, lisos, negros y relucientes cabellos, sueltos, leonados, salvajes y flotantes en toda su magnificencia... Abrió la boca, y sus agudos, grandes y finos colmillos se desplegaron fuera de sus vainas virtuales como nacaradas dagas de plata, muerte y deseo...

Durante casi una docena de segundos, flotó sobre él, la fúnebre capa de su hábito de Enfermera/Monja Sepulcral aleteando entre sus brazos extendidos cual deliciosa cruz de porcelana, como si fuesen las membranas planeadoras de un murciélago gigantesco... Se relamió, gruñó, rugió, enorme, lasciva, letal... Era una bellísima encarnación de la Lamia Primordial, la Lilith ancestral que pobló de terror las pesadillas culpables de los sacerdotes y Patriarcas, temblorosos ante los retorcidos fantasmas nocturnos condensados por sus propios anhelos reprimidos e ignorados con falsa pomposidad al labrar, confortados de nuevo por la luz del Sol al amanecer, sus viejos códigos represivos y misóginos, destinados a exorcizar el pánico genético y profundo a la Diosa Primigenia que se habían atrevido a destronar, desde Hammurabi a Moisés y Homero, pasando por todos los Profetas Testamentarios y los Padres de la Nueva Iglesia romanizada fundada a partir de su más famosa herejía... Era la última personificación de la Esposa del Ángel Rebelde, el Dragón Rojo Alado, enviada junto a su Hijo para recolectar y embriagar a todos los Niños y Niñas inocentes pero heridos en su alma, suceptibles por ello de transmutarse en Oscuros y Oscuras, a lo largo y lo ancho de las Nuevas Babilonias, los Nuevos Egiptos, las Nuevas Atenas y las Nuevas Romas, para así hacer crecer y crecer su poder hasta controlar el Orbe entero y su Esfera de Sombra etérea y circundante... La Soberana de los Súcubos, Guardiana de las Pirámides, Tiamat, Ishtar, Ashtarthé, Kali, la Poderosa, triunfante su danza de sangre y placer en el centro de cientos y cientos de templos y pagodas de Calcuta, la ciudad maldita de la India..., Circe/Hécate, la Gran Hechicera, seductora de Ulises, Lailah, la Reina de los Djins, a quien rezase, adorase y rindiese turbios sacrificios el genial brujo tenebroso y "poeta loco" de Saná-Yemen, el Gran Nigromante herético Abdul Alzrahed, el Aleister Crowley de Oriente Medio... La Condesa Sangrienta, Señora de Csejthe, Tigresa de Cachtice, en toda su apoteosis de poder y gloria diabólica...

Al fin y al cabo, había devorado megatones y megatones de energía gracias al talento de aquel hombre... Rebosante de potencia, bien podía ofrecerle el espectáculo completo...

Con un bramido/aullido en cuyos bestiales acordes se entremezclaban lo sexual y lo depredador, se lanzó sobre su amado vástago espiritual, planeando, sin embargo, con armoniosa pulcritud, hasta aterrizar encima de él con desconcertante suavidad. Abierta de piernas... Justo sobre su falo..., o mejor dicho el equivalente a éste en su reluciente e irisado cuerpo astral, que ya tililaba y oscilaba contorneando la anatomía del organismo físico al que todavía le unía un delgadísimo hilo bioenergético, el famoso "cordón de plata" de los teósofos y ocultistas... Aquel caparazón o envoltura de apretada y pulsante energía bioelectromagnética era el nuevo cuerpo o vehículo de su esencia personal, su ánima, su alma, su espíritu, su "Ka", poco importa como le llamemos... Pero ahora, era joven y fuerte de nuevo, como a sus plenos y lozanos veinticinco años, cuando se reponía de un peligroso accidente de circulación en aquel vetusto y gris hospital del Munich de la República de Weimar... Joven, y lleno de vigor y poder viril...


Elizabeth comenzó a cabalgarle con suavidad, sonriéndole con extraña ternura, pero también con una exigente premura de desbocada hembra caníbal, ansiosa de recibir y dar placer sin freno..., la lengua reptando entre sus destellantes y blanquísimos colmillos espeluznantes... Sus iris eran dos pozos de fuego termonuclear..., relampagueantes, arrasadores..., como el Poder del Sol sobre la Tierra... La dama empezó a jadear de puro goce, y él la acompañó al compás... Su renovado y apuesto rostro luminiscente era la expresión de la delicia suprema... Parecía un místico cristiano cuando al fin se siente acceder a la "contemplación" del Paraíso, un monje tibetano alcanzando el Nirvana, un verdadero mártir mahometano rodeado por las huríes... Y la metáfora no es vana, pues, al final, las Sendas de la Mano Izquierda y la Mano Derecha convergen en su Objetivo Supremo si se recorren con la mente abierta y el corazón sincero, porque tanto lo que llamamos Bien como Mal proceden del Todo, Fruto Universal del Único...

La Señora Oscura aceleró sus exquisitos, ondulantes y neumáticos movimientos, subiendo, bajando, columpiándose, combinando violentas galopadas con bruscos caderazos y rotaciones, apretando su pelvis con experta y refinada sabiduría, hasta convertir la gimnasia erótica en una dulcísima e interminable tortura, llevándole al borde del orgasmo una y otra vez para detenerse unos segundos, apretar sus pechos contra el suyo para besarle profundamente en la boca, serpeando con su larguísima lengua casi reptiliana hasta lo más hondo de su garganta o echarse hacia atrás como una reina sobre su trono de carne etérea y de fuego, para volver a empezar la tórrida danza una vez más... Con sus propias manos semejantes a preciosas garras, se destrozó la delantera del uniforme de enfermera, descubriendo sus voluptuosas, cremosas y bamboleantes tetazas ante él, conduciendo sus manos para que las tocara, acariciara, pellizcara... Sus muslos, hermosos, níveos, esbeltos, se apretaron entre gemidos intensos, casi desgarradores y ahora lo montó de forma salvaje, vertiginosa, casi brutal, con tal violencia que si lo hubiese hecho sobre su joven cuerpo mortal lo hubiera lesionado... Sus ojos se entrecerraron, y luego los párpados se abrieron, revelando tan sólo el blanco inyectado en carmesí..., sin pupilas, encendidos, espantosos pozos de una Nada Roja e inifinitamente ávida..., en pleno paroxismo de un orgasmo colosal, que galvanizó y estremeció cada fibra y partícula energética de su ser...

La madura y hermosa mujer gritó, berreando como una fiera por varios largos y volcánicos minutos, sin dejar de prolongar su delicia meciéndose cada vez más lentamente, poco a poco, sin dejar de gemir, relamerse y babear de puro gusto... y luego se relajó sobre el congestionado y palpitante miembro, permitiéndo que él se saliese por fin...

El chico gritó como si le destripasen y, por última vez en toda la eternidad, el viejo también...

El cordón de plata se rompió del todo con un brusco tirón, y su propia alma se derramó con su semilla "virtual", escapando para siempre de la ruína de los escombros "incendiados" de su cuerpo material... Dentro de aquella cáscara ya inútil e inservible, el decrépito corazón y la en gran parte obstruída vena aorta estallaron literalmente, destrozados por la titánica fuerza de las últimas y avasalladoras emociones transmitidas a través de aquel hilo bioenergético, aquel cordón umbilical de su espíritu que ahora le abandonaba para siempre... El cuerpo se agitó una última vez, y la casi inapreciable expiración postrera del aire fue seguida de una hemorragia de sangre oscura y viscosa que empapó su papada y el cuello del elegante pijama... La cabeza, rotunda y medio calva, se desplomó a un lado...


Pero los ojos, vidriosos y muertos, permanecieron abiertos, las pupilas extraordinariamente dilatadas, como contemplando algo gigantesco y maravilloso que pendiese del techo, y en sus labios, exangües y tintos de su propio fluído vital, podía adivinarse una insólita expresión de absoluta, radiante e íntima felicidad...

La conciencia de Eddy se expandió, para ser comprimida y succionada al instante hacia la vulva inmensa y chorreante, abundantemente poblada de rizados y cortos vellos de azabache, el rezumante y húmedo portal de la Matriz de su Diosa Tenebrosa e inmortal...

El Hijo Oscuro entró en su Madre...

Ahora, ya estaría con ella, en la Oscuridad, dentro de sus entrañas, en la Caverna Primordial e inabarcable..., para siempre...

Aquel singular parto invertido concluyó, y Erzsébet Bathory volvió a gritar y gemir en un éxtasis total, indescriptible..., un éxtasis tan arcano y primitivo como arrebatador, único, innombrable... El éxtasis que fusiona y colma los dos grandes instintos primarios de todo ser vivo, desde las protobacterias y células primigenias más simples y rudimentarias... El éxtasis de la Posesión Integral..., la nutrición y el sexo unidos entre sí en una sola realidad...

La esencia del capitalismo consumista...o del vampirismo, su aliado secreto...

Y de la endosimbiosis, primer resorte acelerado de la Evolución celular en los océanos del Origen...

Lo cuál quizás es lo mismo...

El célebre, prestigioso, polémico, genial y emérito Dr. Edward Teller había muerto...

Pero ahora, era mucho más feliz, sabio y poderoso, como siempre había anhelado...

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