Clara

Ese no era el mismo cielo que perduraba en mis recuerdos, era demasiado hermoso y mis pupilas lentamente se entregaban a su azulada intensidad, parpadee varias veces pero allí seguía y con él un hermoso paisaje se extendía ante mi mirada perpleja, sonidos casi cristalinos de alguna fuente cercana y las risas de unos niños que jugaban se perdían en el viento, pero yo percibía todo y con total nitidez, saboreando todo como si acabara de nacer y fuera la primera vez que mis ojos miraban toda esa belleza. 

Me hallaba en la entrada de mi casa, sin saber cómo había llegado hasta allí y cuando intente dar unos pasos ya estaba fuera de la vista de mi casa, me había desplazado a una velocidad inhumana y me quede quieto pensando en la noche anterior, en lo sucedido cuando visite a mi nueva amiga Clara, y mi mente que ahora trabajaba deprisa le costó centrarse en ese recuerdo, mientras en mí, crecía una sed que me quemaba las entrañas, una sed de ese fluido orgánico que todos los seres humanos poseen corriendo por sus venas inflamadas y deliciosas.

*******************************

Era ya noche cerrada cuando estaba ante la casa de Clara, la había conocido la semana anterior en un curso de psicología y nos habíamos hecho muy buenos amigos, ella era muy buena con los apuntes y yo era un experto haciendo resúmenes, así que juntos éramos invencibles en los exámenes. 

Clara era muy dulce y a la vez misteriosa, me atraían de ella esos ojos violetas tan bellos y cambiantes de color, un día en clase de ciencias los tenia de un color ámbar casi liquido que me impresiono, y esa risa tan hermosa que me recordaba a mi niñez, cuando mi madre me hacia reír con sus historias, pensé que me estaba enamorando como un crio y aparte esos pensamientos cuando Clara me abrió la puerta con esa dulce sonrisa en sus labios e invitándome a entrar. 

Después de estudiar nos acurrucamos en el sofá y cenamos unos bocadillos, Clara vivía sola en un piso alquilado de estudiantes, y mirándome muy profundo me dijo que me quedara a dormir que tenia sitio de sobra, no podía apartar mi mirada de la suya y se acerco ofreciéndome los labios, eran suaves y que aroma más dulce tenían, introdujo su lengua húmeda y jugó con la mía haciéndome perder el sentido, se levanto y se quito la camiseta descubriendo unos senos grandes de pezones que ahora estaban endurecidos y eran deliciosamente blancos como todo su cuerpo, me levante y la abrace con ternura, estaba muy fría, pero no me molesto esa temperatura pensando que tendría frio. 

La lleve en brazos al dormitorio, besando sus labios y devorando su lengua, mis manos se fueron a sus senos que respondían a mis caricias poniéndose muy duros, ella gemía y sus sonidos tan hermosos me encendían más y más. Baje por su cuello y lentamente alcance sus senos que devore con pequeños mordiscos que  ella me agradecía con sus gemidos, terminamos de quitarnos la ropa y descendí a su ardiente sexo lamiéndole el clítoris con suavidad, notaba como crecía en mi lengua  y haciéndolo cada vez más grande, podía sentir ese latido que me decía que venía su orgasmo y entonces la puse encima de mi penetrándola con cuidado pero ella con gran excitación me dijo que lo hiciera más rápido, mi sexo estaba a punto de estallar y Clara sentía lo mismo, lo sentía en mi sexo que ya no podía casi ni entrar en su vagina, me lo apretaba dándome un placer muy intenso, sentía como el interior de su vagina acariciaba mi sexo y lo succionaba, era demasiado placer y agarre sus caderas cuando me llegaba el orgasmo.

Entonces ella me hizo parar y se arrodillo junto a mí, empezó a devorarme mi sexo con suma delicadeza para luego hacerlo con rapidez, era muy experta y creía que iba a morirme en un éxtasis de placer, me llego el orgasmo y sentí en ese momento como un pequeño mordisco cerca de mi ingle pero las sacudidas de placer eran demasiado intensas y quede como desmayado en el lecho, y lo más extraño es que me desperté en mi casa, sin acordarme de cómo había llegado allí.

Continuará…

Arwen

Obra registrada.